Trabaja siempre, pero no desprecies la calma en que te recuperas a fin de pensar con acierto. Eso es de la propia naturaleza. El río para mover la usina del progreso exige la represa en que las aguas se estacionan, antes de que se proyecten en el impacto de fuerzas técnicamente organizadas.
Conserva el camino del corazón accesible a todos los compañeros que te rodeen, muchos de ellos afligidos, rogándote concurso y consuelo.