I- Hay tres unidades primitivas y de cada una de ellas no podría existir más que una: un Dios, una verdad y un punto de libertad, ésto es, el punto donde se encuentra el equilibrio de toda oposición.
II- Tres cosas proceden de las tres unidades primitivas: toda la vida, todo el bien, todo poder.
III- Dios es, necesariamente, tres cosas: la mayor parte de la vida, la mayor parte de la ciencia y la mayor parte del poder; y de cada cosa no podría haber una parte mayor.
IV- Tres cosas, Dios no puede dejar de ser lo que debe constituir el bien perfecto, lo que debe querer el bien perfecto y lo que debe realizar el bien perfecto.
V- Tres garantías de lo que Dios hace y hará: su poder infinito, su sabiduría infinita, su amor infinito: pues no hay nada que no pueda ser efectuado, que no pueda ser verdadero y que no pueda ser querido por un atributo.
VI- Tres fines principales de la obra de Dios, como creador de todas las cosas; disminuir el mal, reforzar el bien y esclarecer toda diferencia; de modo que se pueda saber lo que debe ser o, al contrario, lo que no debe ser.
VII- Tres cosas que Dios no puede dejar de conceder: lo que hay de más ventajoso, lo que hay de más necesario y lo que hay de más bello para cada cosa.
VIII- Tres fuerzas de la existencia: no puede ser de otro modo, a no ser necesariamente otra cosa y no poder ser mejor por la concepción; en esto está la perfección de todas las cosas.
IX- Tres cosas prevalecieron necesariamente: el supremo poder, la suprema inteligencia y el supremo amor a Dios.
X- Las tres grandezas de Dios: la vida perfecta, ciencia perfecta, poder perfecto.
XI- Tres causas originales de los seres vivos: el amor divino, de acuerdo con la supremainteligencia; la sabiduría suprema, por el conocimiento perfecto de todos los medios; el poder divino de acuerdo con la voluntad, el amor y la sabiduría de Dios.
Leon Denis
Extraído del libro «En la intimidad»