
Ángeles de la Paz de la Espiritualidad,
extended vuestras alas luminosas,
sobre este altar de lirios y rosas
floreciendo a las luces de la inmortalidad.
Genios de Luz, de amor y de bondad
almas divinas, almas cariñosas,
descended de las amplitudes de la Eternidad
¡a ese banquete de la fraternidad!
¡Venís de la claridad pura e inmensa!
traed a este cenáculo de la creencia
de la justicia de Dios, el Amor y la Luz!