La consciencia de ser un Espíritu inmortal promueve un gran desafío al ser humano. Tiene él que ir en busca del sentido y significado de su existencia más allá de encontrar su Designación Personal. Como aún se ocupa de su sobrevivencia física, teniendo que aprender a lidiar mejor con su prójimo a fin de conocerle, destina poquísimo tiempo para la búsqueda mayor, que lo llevaría, de hecho, al entendimiento al respecto de Dios.
Vive de crisis en crisis, no obstante, en la realidad, sin entender que su gran crisis tiene como principal tema la explicación de quien es y por qué existe. Su jornada ha sido realizada para conquistar su estabilidad económico-financiera en el mundo, despreciando, muchas veces, experiencias espirituales que le serían importantes y que darían respuestas significativas para sus principales interrogantes. Confundiendo éxito con autorrealización, se ocupa más con actividades superfluas, en que su vanidad y su egoísmo sobresalen, que con las ricas experiencias de contacto con su propio mundo íntimo, en el que puede encontrar su esencia divina. Piensa en la felicidad, pero no sabe de hecho como alcanzarla, viviendo una vida externa sin sentido y sin norte espiritual.
Leer másDe la crisis a la autorrealización: una jornada de la vida