Hace mucho tiempo en una tierra muy distante había un joven hijo de un rico mercader, que buscaba obstinadamente el secreto de la felicidad. Ya había viajado muchos reinos, hablado con muchos sabios sin conseguir desvendar la cuestión. Un día después de un largo viaje por el desierto llegó a un vello castillo en lo alto de una montaña, allí vivía un sabio que el joven ansiaba conocer. Al entrar en una sala, vio una actividad intensa. Mercaderes entraban y salían personas conversaban por los rincones, una pequeña orquesta tocaba melodías suaves. A lo lejos vio el sabio, que conversaba calmadamente con todos los que lo buscaban.
El joven necesitó esperar dos horas hasta llegar su vez para ser atendido.