El manacá es una planta muy conocida de la Mata Atlántica y está esparcida por todo Brasil. Se adapta bien a los suelos pobres, por lo que es recomendable para la reforestación de áreas devastadas.
Posee considerable valor ornamental y se puede usar en macizos o aisladamente, en la composición de los jardines. De un modo general, el color de las flores al abrir es blanco, cambiando después al lila y al morado violáceo.
Un manacá florido proporciona un verdadero espectáculo natural, que merece admiración. Posiblemente por este motivo, aquel proyecto de árbol, pequeño, bajito, nos llamó la atención. Aun pequeño, se presentaba cargado de flores.