Es tan importante pensar en nuestros hijos que, cuando imaginamos esa oportunidad que Dios nos da para recibirlos en nuestros brazos, nos sentimos profundamente emocionados, nos quedamos imaginando la belleza de la maternidad, y la bendición que las mujeres sienten en sus vidas, cuando tienen oportunidad de dar a luz un hijo.
Los hijos son tan importantes para nosotros que nos quedamos pensando en lo que sería del hombre sin la oportunidad de ser padre, de acoger en los brazos a un hijo y tener esa certeza de que nuestros hijos, en verdad, son nuestros hermanos. Si, ellos son nuestros hermanos, porque todos somos hijos de Dios, hijos del gran Padre. ¿Y cuál es la razón por la cual el Creador los confía a nosotros?