Yo me llamo la Esperanza; sonrío a vuestra entrada en la vida; yo os sigo paso a paso, y no os dejo sino en los mundos donde se realizan, para vosotros, las promesas de felicidad que oís, sin cesar, murmurar a vuestros oídos. Yo soy vuestra fiel amiga; no rechacéis mis inspiraciones: yo soy la Esperanza.
Soy yo quien canta por la voz del ruiseñor y que lanza a los ecos de las florestas esas notas de lamento y cadenciosas que os hacen soñar con los cielos: soy yo quien inspira a la golondrina el deseo de calentar sus amores al abrigo de vuestras moradas; yo juego en la brisa leve que acaricia vuestros cabellos; yo derramo a vuestros pies los perfumes suaves de las flores de vuestros canteros, ¡y es con dificultad que dais un pensamiento a esta amiga que os es tan dedicada! No la repeléis: es la Esperanza.