¡Señor Jesús!
En el concierto de las fuerzas que te sirven, en la construcción de la Nueva Era, te suplicamos apoyo e inspiración para los lidiadores de la prensa espirita, casi siempre mantenidos en condiciones sacrificadas para sustentar la labor del bien.
Sobre todo, Maestro, permite que podamos mencionar, ante tu seguro amparo, a todos aquellos que la abnegación situó en los más duros menesteres: a los que son escarnecidos por la sinceridad con que se consagran a los asuntos del alma;