La existencia en la Tierra es comparable a un viaje de perfeccionamiento, en el cual necesitas seguir adelante, al lado de nuestros compañeros de la jornada evolutiva.
Muchos te desconocen, sin embargo, Dios sabe quién eres.
Muchos te menosprecian, entretanto, Dios no te abandona.
Muchos te hostilizan, pero Dios te apoya.