21. Cuando la muerte viene a segar en vuestras familias llevándose sin contemplación a los jóvenes antes que a los viejos, decís muchas veces: «Dios no es justo, puesto que sacrifica al fuerte y lleno de esperanza, para conservar a los que han vivido muchos años llenos de desengaños; puesto que se lleva a los que son útiles y deja a los que no sirven para nada; puesto que destroza el corazón de una madre, privándole de la inocente criatura que constituye toda su alegría».
Humanos, en este caso es cuando debéis elevaros por encima de las pequeñeces de la vida terrestre para comprender que el bien está muchas veces en donde vosotros creéis ver la ciega fatalidad del destino.