Comunicación espontánea: Sociedad de París, agosto de 1868.
“¡Cuántas veces las emociones sentidas vivamente por ardientes corazones nos proporcionan felicidad!,¡Oh, dulces pensamientos que venís a abrir una vía de salvación a todo lo que vive, a todo lo que respira material y espiritualmente!,¡Que vuestro bálsamo salvador no cese de derramarse a torrentes sobre vosotros y sobre nosotros!, ¡Qué palabras escoger para traducir la dicha que experimentan todos vuestros hermanos de ultratumba, en la contemplación del puro amor que os une a todos!.”