Con excepción de aquellos que viven en la Tierra, en el desempeño de tareas especializadas de amor y elevación, todos los espíritus que se encarnan o reencarnan en el mundo se conservan en el plano físico, señalados por compromisos diversos, como es:
necesidad de evolución;
imperativos de perfeccionamiento;
encargos expiatorios;
supresión de conflictos.