Dedica uno de los días de la semana al culto evangélico en el hogar, a fin de que Jesús pueda pernoctar en tu casa.
Prepara la mesa, coloca agua en unos vasos, abre el Evangelio, y esparce el mensaje de la Fe, reúne a la familia y ora. Jesús vendrá de visita.
Cuando el hogar se convierte en santuario, el crimen se retira. Cuando la familia ora, Jesús se detiene en casa. Cuando los corazones se unen por los lazos de la Fe, el equilibrio ofrece bendiciones de consuelo y la salud derrama vino de Paz para todos.