Los crímenes que los perversos cometieron aquí abajo. Contemplemos aquí sólo las vidas ordinarias, las existencias que siguen tranquilamente las fases lógicas del destino. Es la condición común de la inmensa mayoría de los mortales. El alma entró en la galería sombría: queda allí en la oscuridad o en la penumbra próxima de la luz. Es el crepúsculo del más allá.
Los poetas devolvieron muy afortunadamente este estado y describieron este medio día, este claro oscuro del mundo extraterreno. Aquí, las analogías entre el nacimiento y la muerte son sorprendentes. El niño permanece varias semanas sin poder ver la luz y tomar conciencia de lo que le rodea. Sus ojos todavía no están abiertos, no más que la radiación de su pensamiento.